sábado, 26 de febrero de 2011

Capitulo 2: Baalzephon

-Ya voy- grité, tocaron a la puerta. Miré el reloj de pared. Eran las seis. Había pasado toda la tarde haciendo tarea, bueno solo una parte, el resto preguntadome que había querido decirme Mirta.
-Hey- saludó Seth.
-¿Seth?- me sorprendí.
-Si, venía a preguntarte si... ¿podría quedarme por hoy y mañana aquí?- ví la pregunta, antes de que la dijera. Husmeé algo en el futuro de él, en los próximos dos días. Si, estará tranquilo y divertido en casa.
- Claro, ¿por?- lo sabía, pero tenía que disimular.
-Oh, mis padres salen de la ciudad-puso los ojos en blanco.
-Y no te dejan quedarte solo- afirmé, y luego reí. Le indiqué a que dejara las cosas en el cuarto de huéspedes y allí se instaló. Una hora después Kate nos grito que bajáramos a cenar.
-¿no esta tú tía?- me preguntó Seth mientras comíamos las milanesas.
-No, mamá salió de viaje unas semanas- contestó cortante Kate. Me puso los pelos de punta su mal humor.
- Ya - grité- ¿Me puedes decir que te pasa Kate?- me levanté y tiré con fuerza el tenedor contra la mesa. Seth se puso rígido en su lugar, pero no habló. Kate levantó su fría mirada y me miró.
-¿Quieres saber que me pasa? ¿Enserio quieres saber? ¿O solo con saber tus cosas ya esta?
-¿Que quieres decir Katherine?- me estaba colmando la paciencia, y si no se callaba le tiraría libros por la cabeza.
-Sabes lo que quiero decir Afrodita- me miró desafiante- siempre te preocupas por ti misma, ¿acaso me preguntas algo alguna vez? Nómbrame una vez- levanto uno de sus dedos. Notaba en su voz, un dejo de rabía.
-¿A que viene todo esto?- empecé a bajar la voz, no quería terminar a los gritos.
-Hoy me harté Afrodita, siempre "tú" "tú" todo tu. Solo tienes 15 años nena, yo tengo 17. ¿Crees que mandas en mi casa o que?- sus palabras me dolieron. Pero ella estaba equivocada, yo tenía muchos, muchos más años que ella. Pero claro, no podía decirle. Hey tengo 500 años.
-Estas muy errada- le conteste y subí las escaleras. Entré a mi habitación y cerré la puerta de un golpe.
- Ahora esto- susurré. Me apoyé espalada contra la puerta y me fui deslizando hasta quedar sentada, junté mis piernas y suspiré pesadamente. Últimamente, no eran mis mejores días. Enigmas, y encima esto. ¿Algo más? ¿Alguien más que quiera arruinarle la vida a Afrodita McTween? Preguntaba en mi fuero interno ironica.
-Nosotras- Fue un susurró provocador, y me provocó escalofríos en toda la columna vertebral. Cuando escuché eso, pensé que mi corazón se detuvo por un segundo. Levanté mi vista y miré a todos lados. No había nada, ni nadie. Pero alguien había hablado. Estaba segura, que no había sido mi imaginación. Prendí la luz de mi recamara y me metí bajo las frazadas de mi cama. Paranoica miré un rato el techo de la habitación. Era irónico que yo tuviera miedo. Jamás le temía a nada. ¿Porque ahora? Lentamente fui cerrando mis ojos. La lluvia golpeaba el techo como un graznido.
Le di un golpe al despertador para que dejara de sonar y me levanté. Fui directo al baño. Me había quedado dormida con la ropa puesta. Puse todo a lavar y me bañe. Dejé que la lluvia artificial me limpiara todo el cuerpo, y se llevara todo rastro de suciedad y cansancio. Cuando no pude extender más la ducha salí y me puse la ropa interior. Busqué entre mis cajones algo cómodo, hacía mucho frío. Unos jeans ajustados, unas botas cortas, una remera manga larga ajustada rayada en blanco y negro. Busqué mi chaqueta de cuero y cepille mi pelo. Me hice una trenza a un costado y tomé mi morral. Antes de bajar, estuve a punto de olvidarme mis lentes de contactos azules… loco sería ir al colegio con mi color natural.
En la cocina ya se encontraban Seth y Kate. Saludé a ambos con un "Hola" generalizado. Kate llevaba su cabellera Rubia suelta. Tenía una blusa color ocre y una campera negra. Unos jeans como los míos pero claros. Seth, llevaba un jean y una camiseta. También claro, tenía una campera en su mano.
-Vamos en coches separados- anunció Kate. Supuse que era porque estaba Seth, y el tenía su auto. Pero también sería por nuestra "pelea". No dije nada, agarré una manzana tomé mis llaves y salí de la casa. Subí furiosísima a mi auto, y tiré el morral contra el asiento del acompañante.
Estacioné el auto en mi lugar habitual al lado del auto de Kate, el cual todavía no había llegado. Baje todavía hecha una fiera. Mi humor no andaba nada bien, no tenía ánimos para nada. Mi mente estaba en negro, repleta de problemas que no tenían solución. Pensando en la enigmática huida de la vieja Thorne, y la problemática de mi prima loca Kate. Por supuesto, que no le respondí nada bien a la persona que me llevo puesta. O mejor dicho que yo choqué.
-¿Puedes fijarte por donde caminas?- el tono de mi voz fue alto y malhumorado. Cualquiera que me hubiese hablado así a mi, ya se hubiera ganado una buena bofetada. Levante mi vista para encontrarme con los ojos de Austin Carter.
-Yo-yo lo siento- se disculpó, parecía apenado. Cuando caí en la cuenta de lo mal que lo había tratado quise arreglar las cosas.
-No, no importa. No miré. Adiós- me fui tocándome la cabeza fingiendo dolor. A cualquier humano ese golpe le dolería, tenía que aparentar. Sentí que se dio vuelta y tomó de mi muñeca.
-Espera, ¿estas bien?- giré. Lo tenía a diez centímetros. Por alguna extraña razón me costó hablar.
-Si- ambos nos callamos. Sus ojos me traspasaban, parecía que me desvestía con la mirada. Me solté de su agarre sutilmente y lo volví a saludar. – nos vemos
-si, nos vemos- lo escuche murmurar. El tono de voz que utilizó me hizo temblar. No se porque, pero no fue nada lindo. Prácticamente volé a mi casillero, bueno no en realidad porque me mirarían como un fenómeno. Si, podía volar. ¿Grandioso no? No. Cuando volamos, se consume mucha de nuestra energía y nos deja muy agotadas. Muchas veces prefería no volar.
-Afrodita- di un brinco. Al lado de mi casillero se encontraba el director. – La necesito en mi oficina, ahora- sentenció. Su tono de voz, me hizo saber que había hecho algo malo. No quise husmear en el futuro, quería sorprenderme. ¿Porque me castigarían?. Obviamente por algo que no había hecho.
-Si, señor- terminé de guardar mis cosas, y Gregori seguía ahí. Se dio media vuelta y supuse que lo tenía que seguir. Así lo hice. Al entrar en su oficina sentí un olor a cigarro impresionante. Los muebles estaban como siempre. Pasó del otro lado de la mesada, y se sentó en su sillón. Los fríos pisos de madera estaban agrietados y gastados. Las paredes blancas daban el efecto “hospital”. El frío y gélido tacto del cuero de la silla me dio mala espina. Y la cantidad de cigarros terminados sobre el cenicero y la botella vacía de cerveza sobre la mesa. Me indicaron que el director no estaba en su sobriedad total.
- Señorita McTween hemos recibido un llamado de su madre- casi escupo el agua que no estaba tomando. Tenía ganas de reírme en su cara. A la vez mis ojos se agrandaron de tal manera que el mismísimo señor Gregori se horrorizo.
-¿Disculpe, que?
- Lo que escuchó. Llamó hace unos instantes comunicando que te sacaran de esta escuela, lo antes posible. ¿Se encuentra en Italia no es así?- levantó ambas de sus cejas, mientras se rascaba su canosa cabeza.
Tenía ganas de gritarle en la cara y decirle “¡Mi madre murió hace más de 100 años estupido!” pero claro, no podía. Me quedé regulando con su pregunta. Intenté ver que era lo que me diría luego, pero no podía. No sabía porque. Busqué en su futuro, en su mente. Pero tenía una barrera, algo extrañamente me bloqueaba.
-¿Esta seguro que llamó mi madre?- volví a preguntar y el asintió mientras se ponía incomodo en su asiento. – si creo- conteste a su anterior pregunta.
-Bueno, en ese caso no hay nada más puede ir a su clase antes de llegar tarde- me indicó con su dedo la puerta, una clara seña de que me estaba echando. Antes de salir se me ocurrió una pregunta bastante estupida.
-¿conoce alguien que en este colegio sepa Braile?- cuando termine la pregunta me mordí la lengua. ¡Vaya que eres estupida Afrodita! Me dije.
-¿Qué? No lo se, ve a tu clase McTween- su tono de voz fue serio por lo que me apresuré a salir de la espantosa oficina. Me detuve en el medio del desolado pasillo. Me quedé fija mirando a la nada. Extrañada por la maldita llamada. Mi madre, estaba muerta. No tenía familiares. ¿Quién llamaría para sacarme de esta escuela? La cabeza me latía como si se me fuera a partir, raro ya que jamás me dolía. Seguí el curso hasta la primera clase, la cual no le tomé importancia. La segunda la compartía con Seth. Al entrar a Biología, me senté a su lado.
-¿Cómo estuvo tu mañana?- pregunté para sacar un simple tema.
- Bien, creo- rió bajo. - ¿y la tuya?
- Mal, creo- reí bajito.
-¿Por?-
-No importa- callé. Saqué mis cosas, y empecé a copiar lo que el profesor escribía. La clase se me hizo interminable. Para colmo un tema que había visto…unas muchas veces . ¿No es cansador eso? Para variar, el mayor tiempo de la clase pensé en esa llamada. Otra opción era que Gregori estaba demasiado borracho y mentía, o no tenía idea de lo que decía, y hacía o… no sabía. No tenía teorías preparadas aún…Pero lo más extraño de todo era que no podía ver en su futuro. Me bloqueaba. Y había algo realmente raro en ello. Seguí el curso de la clase sin darle mayor importancia.
Hice la fila de la cafetería sin animo alguno. Me sirvieron la comida normalmente y me dirigí donde mi prima y Seth.
-¿Que hacen?- pregunté al sentarme.
-Aburrirnos- dijo Seth.-¿Viste lo que pasó con Austin Carter?
-¿He?- su pregunta fue desprevenida. Apenas conocía al chico...¿como iba a saberlo?
-Lo que pasó hoy, en clase de Algebra- contestó mi prima mientras tomaba su jugo.
-No, no se-
-Salió corriendo de la clase, sin decir nada- explicó.
-¿y?- no le veia lo raro.
- Agh, De la anda estaba en calse, y salió corriendo sin aviso, si nada- recalcó la última palabra.
-Bueno, tendá sus motivos- no sabía porque defendía al chico.
-No importa, no entiendes- dijo Seth.
-Si entiendo- recalqué ya algo molesta. Le di unas cuantas mordidas a mi manzana. Y sentí unos dedos en mi hombro. Supe quien era antes de darme cuenta.- Hey Maddel- saludé a la morocha. Una amiga, con la que compartía un par de clases.
-Afrodita, es importante ven- me tomó de la mano y sin decir nada me sacó de la cafetería. Miré en su futuro. No vi nada.
-Pero que rayos...- sacudí mi cabeza. Primero el director Gregori, ahora Maddel. ¿Porque no podía mirar en su futuro?
-¿Dijiste algo?- me dijo mi acompañante.
-No importa...¿ a donde me llevas?- odiaba preguntar. Estaba acostumbrada a saberlo todo. Odiaba no saber las cosas. Me sentía indefensa.
- Sorpresa- el tono de su voz fue suave. Pero noté nerviosismo. Me condujó por el pasillo de la escuela hacía la parte trasera. Pasamos por el campo de deportes, pasamos las gradas del campo... y llegamos a una parte bien lejana del campus. Detras de unos árboles. Fuera del capo de visión de cualquier autoridad del colegio. Eran alrededor de 10 chicos. Reunidos alrededor de algo que no lograba divisar. Uno a uno fuí identificando a los chicos. Compañeros de Maddel, y algunos de último curso. La morocha soltó mi mano y sola, seguí sus pasos. Los estudiantes abrieron el circulo. Mi primera reacción fue atacar. Pero la segunda reaccion fue abrir bien grande mis ojos y querer sacar a todos del peligro. No podía permitir que todos vean eso, que se sometan a realizar esas barbaridades. ¿Como rayos habian llegado hasta eso? Peor aún... ¿porque habían acudido a mi?
-Maddel- tartamudeé. -¿Que hicieron?- Ella me miró extrañada.
-¿No es increible? Es magico!- Un error. Era terrorifico.
Miré a la criatura.
Miré al Baalzephon. La criatura me devolvió su fija mirada roja y terrorifica. Un corriente atravesó mi columna vertebral. Tenía que hacer algo y rapido.


El capitulo es corto, LO SIENTO. Pero esta semana... con mis deditos. No he tenido mucho tiempo de trabajar en el capitulo. SOLO ESPERO QUE LES GUSTE. MICA :)

5 comentarios:

  1. me gustó!! lo que si no entendí porque llevar a Afrodita a ver al Baalzephon... supongo que lo comprenderé leyendo el próximo capítulo xD. Que lástima que te hayas lastimado, ojala para el próximo viernes tus dedos ya estén recuperados al 100%.
    Hasta entonces!!

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  2. Un Baalzephon???? lo siento no se que es, aunque me dejaste con la intriga con este final tan abierto sube más en cuando puedas!!!! y que se mejoren tus deditos!!!!!!
    ¡Nos leemos!
    bss

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  3. exelente capii pe encanto, espero que tus deditos se mejoren pronto...

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  4. Hola, bueno pues no tengo mucho que decir.
    Tengo un blog dedicado a personas escritoras y soñadoras como tu.
    ¿Quieres tu novela en un directorio?

    Si es así, entra aquí... http://directoriodenovelas.blogspot.com/

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  5. nvitación - español
    Soy brasileño.
    Pasei acá leendo , y visitando su blog.
    También tengo un, sólo que mucho más simple.
    Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
    A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
    Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
    Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
    Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
    para ti, un abrazo desde Brasil.
    www.josemariacosta.com

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