viernes, 11 de febrero de 2011

Capitulo 1: El Libro

Bueno, no se ustedes pero este momento para mi es muy "importante" Espero que les guste, sepan...como siempre que bueno los primeros capis no son los mejores...

Capitulo 1: El Libro



Me levanté de las escaleras del porche y me senté en  el pasto sobre las raíces de un viejo sauce llorón. Hacía demasiado frío, era muy temprano. Fijé mi vista en el cielo grisáceo, cubierto por una capa de nubes oscuras avisando la próxima tormenta. Vi el rayo partir el cielo en dos, y luego tronó como si el mundo fuera a acabarse. Junté mis piernas contra mi pecho y escondí mi cara en las rodillas. El dolor en el centro de mi corazón no se iba, no sabía cual era el motivo. Sollozaba sin sentido, dolorida por algo anormal. Esto, simplemente no tenía sentido ¿Por qué lloraría yo, sin saber el motivo? ¿Qué era lo que me dolía?
-Porque, porque- sollocé, y sentí una mano en mi hombro. Prácticamente pegué un saltito y Kate estaba detrás de mí. 
-¿Pasa algo?-se sentó sobre el pasto en frente mío. Me miró con los ojos entrecerrados. Negué con la cabeza.
-Es que… no lo sé- contesté más confundida aún. El cielo volvió a tronar. Y las nubes eran cada vez más negras. Se avecinaba una gran tormenta, veía que caería nieve. Estaba empezando octubre, y era raro para esas fechas este tipo de clima…
-Deberíamos entrar- dijo mirando al cielo – no me gustan las tormentas- me reí.
-¿Les tienes miedo a las tormentas?- Bueno, yo al menos no le tenía miedo. Pero realmente, a muy pocas cosas yo le tenía miedo.  
-Bueno, señorita “jamás tengo miedo”, ven vamos- se paró y extendió su mano para ayudarme. Tomé su mano y me paré. Observé mejor a Kate. Tenía su rubio pelo todo enmarañado, y sus ojos café estaban algo turbios.
-¿Lloraste?- solté.
-Claro que no- negó rotundamente y se movió nerviosa. Mentía. No insistí más, y volvimos a entrar a la casa. Miré el reloj de la pared, se nos hacía tarde para entrar al colegio. Me miré en el espejo de la sala. Jeans oscuros, Blusa negra, converse azules, y mi morral de Jean.
- Estas bien- dijo Kate, mientras ella se miraba a mi lado. Solté la coleta de mi pelo y lo dejé suelto. Mi pelo oscuro, combinaba con la ropa y los lentes de contacto azules le daban un toque luminoso al atuendo. – que raro, que no estas de mini falda- bromeó mientras acomodaba su cabello.
-Sabes, en días como estos- me di media vuelta para servirme un vaso de agua- nadie usa mini faldas- concluí bebiendo.
-Tienes razón- se me acercó y tomó las llaves de su auto. – Hoy, ¿vamos en uno solo?
-Si
 Subimos a su linda Range Rover, y partimos. Cambié la estación de radio y la dejé en el pronóstico. “Lo más probable amigos y amigas, es que este nevando dentro de tres días… las lluvias se verán durante toda la noche” Escuché a Kate quejarse.
-Oh, no- masculló mientras apretaba con fuerza el volante.
-¿Qué?
-Tengo una fiesta este viernes-
- No si nieva- dije, y me dí cuenta de que ese era el problema.- Oh
-Si, oh- dijo enojada, y miró fijamente al frente. Estábamos a una cuadra del instituto. Buscamos lugar en el aparcamiento, el cual no nos fue difícil encontrar ya que era bastante temprano. Al bajar de la camioneta, el cielo brillo de amarillo.
-Waw, se viene con todo- dijo Seth llegando a mi lado.
-Ni me lo digas- lo saludé con un beso en la mejilla, y se acercó a saludar a Kate. Seth, siempre fue mi mejor amigo, lo conocía desde… desde que estaba acá. Es decir, hacía tres años. Seth era de los más lindos de la escuela, pero el estaba enamorado de mi prima. Bueno no es mi prima, pero así la considero. De Kate. Ellos hacían linda pareja, ella rubia y el también. Ella ojos café, y el ojos verdes. Ambos eran lindo, solo que no sabían que se gustaban entre si, típico.
-Ya, lamento cortar su charla- los interrumpí- hay que entrar- caminé hacía las entradas del establecimiento con ellos pisándome los talones, adentro había calefacción por lo que me agarró calor. Saludamos a Seth, con Kate teníamos la misma clase, Historia. La materia más aburrida, al menos para mí que sabía todo de historia. Kate tiene 17 años, y yo 15. Bueno, en realidad no. Pero estamos en casi las mismas clases, porque me adelantaron por saber mucho. Bueno, no es que sea muy estudiosa…uno con los años aprende. Tomamos nuestro asiento habitual el último de la primera fila. Los alumnos comenzaron a llegar, y error. Si, había quienes iban de mini falda.
- Perdedoras- nos saludó Kim con un guiño cuando se sentó en la fila de al lado.
- Gatita- sonreí falsamente, y ella me fulminó con la mirada. Kate rió a mi lado, y me habló entre susurros.
-Ella, si que se viste como gata- me volví a reír. No tenía nada en contra de las minifaldas, es más yo usaba, Pero, ¿en días así? No le dí más vueltas al asunto y entró el profesor, con su maletín y su mal humor.
-Buenos días clase- 
-Buenos días, profesor Austch- saludamos refunfuñando y nos volvimos a sentar. Se elevaron algunos murmullos pero Austch los calló. Iba a empezar a escribir con su tiza en el pizarrón cuando tocaron la puerta. El profesor se veía algo molesto, no le gustaba que interrumpieran su clase.
- Adelante
-Permiso, Buenos días- saludó un joven que no me detuve a mirar, simplemente saqué  las cosas de mi morral.
-Oh, ¿debes ser el nuevo? Preséntate- pidió.
- Me llamo Austin Carter- saludó, sus palabras salieron algo nerviosas.
-Bien, toma asiento- fue ahí cuando levanté mi cabeza, y vi a Austin Carter. Claro ya lo había visto esta mañana, antes de sentarme a llorar en de la nada en el pasto. Lo había visto venir, pero no le presté mayor importancia solo era alguien más. Justo como esta mañana, quedé impactada por su belleza. Pelo oscuro chocolate, o negro no tenía una definición. Ojos grises tirando al azulado,  cara perfectamente simétrica. Habría jurado que era como yo, solo que no, el era humano o al menos eso aparentaba. Además, sería imposible… no, no, claro que no, pensé. Pasó por mi lado, y se sentó justo en la esquina opuesta a donde estábamos con Kat. El profesor volvió a agarrar su tiza y en su pizarrón escribió. “Halloween” Levanté una ceja, en forma de pregunta.
-Como verán, se acerca esta fecha. Y estaría bueno aprender algo de la historia de la edad media- concluyó. – La caza de brujas- y volvió su manó al pizarrón. Me reí por la ironía, y para mi mala suerte, el profesor me escuchó. Se dio vuelta inmediatamente mirando a todos y clavó su vista en mi.-¿Me cuenta el Chiste McTween?- apreté mis labios formando una línea recta, y no le conteste solo lo miré. Me sostuvo la mirada unos segundos y volteó nuevamente. Siguió escribiendo algo que por ende, teníamos que anotar. Me daba rabia tener que escribir algo que me sabía de memoria hacía tantos años. Por lo que no escribí nada. Los minutos pasaban y mi hoja estaba en blanco, sin una raya, inmaculada.
-Bueno, haber voy a hablar algo. En la edad media, empezó la…- divagué, no tenía ganas de escuchar la historia, además su versión no era la original, la completa. En cambio me puse a pensar en porque, había llorado esta mañana. Repase los suceso, me levanté, desayuné, tuve la visión, miré al cielo, y empecé a llorar. Nada encajaba con nada. Y todavía estaba el porque de mi llanto, y mi dolor. Un porque, que era de lo más extraño. Hacía muchos años que no lloraba, no era una chica sensible. Jamás lloraba ¿Por qué lloraría de la nada? No vi, nada malo. No tuve ninguna visión desastrosa. Por lo general, me ponía triste cuando tenía una de esas, pero hoy… no supe que pasó. Y lo peor, era que el dolor estaba en medio de mi corazón, lo sentía en el centro, como si me hubieran clavado un puñal. Quizá tendría que visitar a la vieja Thorne.  Si definitivamente la visitaría esta tarde. Ya se me ocurriría alguna mentira para inventarle a Kat. Ella, bajo ninguna circunstancia podía venir con migo. Ni ella, ni nadie.
 Sentí que alguien me pisaba fuerte el pie, y volví a la realidad. Tenía al frente mío al profesor y toda el aula estaba en sumo silencio. El miraba mi hoja inmaculada, y me estaba preguntando algo.
-¿Y?- dijo molesto.
-¿Me repite la pregunta?- No copié nada, pero la pregunta me la sabría de memoria.
-¿En que año comenzó la caza? Oh, pero claro no copió no sabe- sonrió burlón.
-Entre los siglos XV y XVIII.- dije segura, su sonrisa de desvaneció.
-Tuvo suerte, copie- casi me gritó, se dio media vuelta y siguió con su aburrida clase. Cuando el timbre sonó se lo agradecí como jamás lo había hecho. La siguiente clase de Literatura apenas la noté, no nos dio tarea y la ame muchísimo por eso. Me tocaba Matemática, y no estaba ni con Seth, ni con Kat. Entré y me senté en uno de los últimos asientos.
- Siempre, sola linda- dijo poniendo un puchero falso Kim. La platinada me sonrió y se sentó en la mesa delante mió.
-Mejor sola que mal acompañada- miré a su sequito de huecas, Nella, y Carol. Dos Barbie desechables, igual que ella.
-Bueno, no estoy sola, y estoy bien acompañada- sonrió satisfactoriamente. No tuve tiempo de contestar porque entró la profesora María. Justo antes de que la sofisticada profesora empezara a saludar, Austin entró a clases, pidiendo disculpas por el retraso.
- Bueno, siéntese en el asiento libre Carter- el único asiento libre, era el que estaba en mi mesa. Aparté mi morral a un lado y le dejé espacio. La profesora saludó y al momento en que Carter se sentó a mi lado, su perfume me embargo. No sabía el nombre de este ni nada, pero tenía un nombre, perfecto. El perfume y él. En todo el día no lo había tenido tan cerca. Pero de todos modos, era simplemente un chico. Uno más de todos, los que en mi vida había visto. Nada del otro mundo. Me reí por la frase irónica. Y me miró. No le presté atención y me reté por haberme reído de algo de mi mente, pensaría que estaba loca. Bueno, no es que me interesara lo que él piense… no, claro que no. Él no me habló en toda la clase, y yo porsupuesto tampoco gaste esfuerzos en entablar una conversación. Me sabía todos los ejercicios, por lo que los hice sin problema alguno. La horrible sensación de dolor, y ganas de llorar volvieron de un momento a otro. Mis ojos comenzaron a aguarse, y salió una lágrima. La sequé rápidamente y tocó el timbre. Guardé las cosas como un rayo y fui directo al baño. Al entrar tiré mi morral sobre el lavabo, y me miré al espejo. Mis ojos estaban totalmente rojos, y las lágrimas ya estaban afuera. El dolor en mi pecho aumentaba cada segundo. Tenía ganas de gritar, de patalear, de llorar. Tenía ganas de salir volando de ese lugar. Correr, correr bien lejos. Perderme en mi mundo, al que pertenezco. Volver al mar, volver a mi lugar. Pero no podía, no podía hacer nada de lo que tenía ganas. Tenía que tragarme las malditas lágrimas y calmar mi dolor. Sabía que ninguna pastilla calmaría mi dolor, puesto que no era un dolor físico. Era otra cosa, se sentía diferente. Y lo peor de todo, era que no sabía porque demonios lloraba y me dolía. Hoy iba a ir si o si, con Thorne. No me podía seguir pasando esto. Ella tenía que saber que era. Lavé mi cara, y justo entró Kate. -Por dios, nena ¿Qué te pasó?- se me acercó y buscó mi cara con los ojos. La miré y supe por su expresión que me veía pésimo.
-No lo sé- admití.
-¿Segura estas bien? ¿no quieres ir a la enfermería?
- No- me alarmé- a la enfermería no- volví a tomar mi morral, y me pasé delineador por los ojos para disimular el llanto. -¿Tienes lentes de sol?
-Claro, toma- sacó sus lentes de sol estilo Ray Bans, y me los tendió. Me los puse, bueno al menos no se vería que lloraba. Ya era la hora de ir a la cafetería. Al entrar vi lo mismo de siempre. Las aburridas mesas blancas de madera, la gente amontonada haciendo la fila par recibir su comida y Seth esperándonos en nuestro rinconcito. Miré hacía afuera. El cielo seguía amenazando con llover. Después de hacer la fila, y recibir nuestra comida fuimos a sentarnos con Seth.
-¿Qué hay?- preguntó mientras me sentaba a su lado, y Kate del otro.
-En realidad, nada interesante- me reí. – pero tú- me señalo- me debes una explicación. – dijo moviendo sus cejas.
- no se de que hablas- mascullé y me hice la inocente.
-claro que si sabes, hoy lloraste, y ahora de nuevo-tomó algo de su jugo. – explícame porque
- es que no lo se- me estaba poniendo nerviosa, odiaba no saber las cosas. – no se porque, es simplemente que lloré- cada vez alzaba más la voz.
-Bueno, ya tranquilízate- Seth tocó mi hombro y trató de calmarme. Pero es que realmente no podía calmarme. Últimamente por mi cabeza pasaban muchas cosas, Thorne y su misterio, mis visiones, el dolor inexplicable, y la carga del secreto. Bueno eso último lo sabía hacía mucho, mucho tiempo. Pero bueno, de todas formas formaba parte del gran peso que cargaba. Las siguientes clases pasaron sin ningún acto que recordase. Lentas y agobiantes. Cansadoras y repetitivas. Como en todas, ya sabía de que trataban. Al momento de irnos busco a Kate entre la gente.
- Acá estas- me tocó el hombro y di media vuelta. - ven, vamos creo que se largara a llover pronto.- tomó mi mano y me arrastro hasta su camioneta. Pese a que no llovería hasta la tarde, o la tarde noche le seguí la corriente de todos modos. En el viaje de la camioneta ninguna habló de nada, Kate puso música bastante alta. Al llegar a casa, bajé y fui directo a mi habitación no sin antes decirle algo.
-Estaré en mi habitación, durmiendo. Solo bajaré a la hora de la cena- le comenté, hoy le tocaba cocinar a ella. Y como no quería que viniese con migo a lo de la vieja Thorne, le inventé esa excusa.
-Okay- contestó algo cortante. Busqué en mi mente, algún suceso que pudo ponerla de ese estado, pero no tenía tiempo para preocuparme por eso. Corrí a mi habitación y cerré con la traba. Dejé el morral sobre mi cama, y me até el pelo porque me molestaba. Cerré los ojos y me concentré. De un momento a otro me encontraba en la puerta de la casa de Mirta Thorne. Toqué, y por supuesto me abrió al instante.
-Pasa Afrodita, sabía que vendrías. Preparé tu té.- Le sonreí agradecida, y pasé.
-Bien, cuéntame linda ¿que pasa?- se sentó en su silla mecedora.
- Bueno... ya sabes que tengo visiones y... hoy tuve una - comencé. Tener visiones para mi, no era algo anormal. Me pasaba siempre, desde que tengo memoria. Y mi memoria es muy larga.
-¿Y...?- me incitó a seguir mientras bebía su té. Miré hacia las paredes algo nerviosa.
-Luego de que la tuve, yo- me trabé- yo... me sentí pésimo. Me dolía el pecho, o por esa zona, y... lloraba sin saber por que- luego de terminar de hablar, pensé que Mirta me trataría de Loca, pero no lo hizo. En cambio su cara tenía una expresión de comprensión, y sus ojos viajaban en el tiempo, buscando en las memorias de su larga vida.
- ¿De que era la visión?- ahora, su cara era completamente seria. Miré directo a sus ojos verdosos.
-No, nada en especifico- entrecerré los ojos, y sorbí algo de té. - Del colegio, chico nuevo, y más colegio... ha y las lluvias que vienen- completé, pero no era muy importante.
-Háblame de eso cariño, el temporal- dijo con animo. La miré sin comprender. Pero seguí de todos modos. Ella me tenía que ayudar, y yo le daría toda la información que me pida.
- eh, viene una tormenta grande... nieve, es raro- recordé la visión a la cual no le tomé atención. Raro, por que jamás nieva y raro por el mes.
-Esto no es natural-dijo más para si, que para mí. Se paró y de la repisa sacó un gran libro cubierto de polvo. - Creo que es hora – suspiró-
-¿De que?- me alarmé mirando mi reloj, pero me dí cuenta de que no hablaba de esa "hora"
- Hace mucho tiempo hubo...-comenzó a recorrer las paginas del libro. Pero estaba... ¿vació?- una profecía...- sus dedos pasaban ligeramente por las hojas amarillentas del gran libro.
-No suena lindo- comenté, la palabra Profecía, no me gustaba.
- No lo es- dijo como si fuese lo más normal del mundo. Paró casi en la mitad del libro y marcó la hoja con un señalador.
-¿Que pasa Mirta?- mi voz temblaba. No estaba segura porque, pero estaba nerviosa y no me calmaba para nada lo que Mirta decía. Buscó mis ojos y volvió a hablar.
-Bueno, tu sabes perfectamente... de donde vienes y todo eso- puse los ojos en blanco, de memoria me sabía todo.
- Claro que lo se
- Pero creo que jamás supiste la Profecía- tomó algo más de té- ya que, no había urgencia alguna…- urgencia alguna… ¿entonces ahora si había “urgencia” ¿
-¿Cual?¿es mala?- su teléfono sonó.
- Discúlpame cariño- me sonrió, dejó el libro de lado y atendió su teléfono. De a poco la sonrisa que portaba se desvanecía. Comenzó a hablar aceleradamente y una lágrima salió de su ojo derecho. Cortó. - Oh mi vida, me tengo que ir ya mismo- casi grito. Se paró, agarró las llaves y cerró la puerta de la casa.
- Espera, explícate- dije con exasperación, mientras me alteraba aún más. Dejé el té sobre la mesa y me acerqué a ella.
- Lo siento, niña mi hermana esta muy mal, vuelvo la semana que viene- trató de sonreírme. Hice una mueca. Mi mente no reaccionaba del todo.
-¿Que? tienes que explicarme por favor, Mirta yo...- desapareció. Se teletransportó. Se desvaneció en el aire. Ahí estaba yo, con mi furia y más intriga todavía. Solté un bufido desesperado. Tomé el libro, no creí que a Thorne le molestaría. Luego, lo volvería a dejar. Solo unos días. Cerré mis ojos, y cuando los abrí estaba nuevamente en mi cuarto. Me dejé caer en la cama y abrí el libro. Estaba completamente en blanco, bueno algo amarillento. Cuando se me prendió la lamparita, estaba en Braile. Claro, jamás había estudiado Braile... y me arrepentía tanto de eso. Pero podría buscar a alguien que sepa, tendría que buscar a alguien que lo haga.
- Agh- me quejé. La vieja Thorne me había dejado con más preguntas que respuestas. ¿Como se supone que dormiría tranquila ahora? Dejé el libro a un costado en mi repisa y saqué los libros escolares para realizar la tarea.
__________________________________________________________________________________
Okay, quiero COMENTARIOS! Lo más probable es que el otro capitulo lo publique el proximo, viernes
Mica♥

8 comentarios:

  1. Bien!! Lo escribiste de tal manera que cualquiera que lo lea (y le haya gustado obviamente), va a volver el próximo viernes. Como recién empiezas supongo que quieres todo el apoyo posible... así que me hice una cuenta en google para poder dejarte comentarios xD Soy la primera en hacerlo!!
    Eh... me gustó, detecté muy pocos errores (a mi parecer), casi nada, escribes bien, se entiende y... me quedé intrigada! Asi que estaré visitando y comentando.
    Ánimo!!
    Isabel
    PD. disculpa por escribirte un comentario tan largo xD

    ResponderEliminar
  2. Me dejaste con la intriga de lo que va apassar!!! Me gusto mucho^^ y espero el proximo viernes con impaciencia!!!
    ¡Nos leemos!
    bss

    ResponderEliminar
  3. Qué buena pinta tiene, yo estoy como Alina, intrigada por ver que pasará, ¡jeje!

    Mucho ánimo y continúa escribiendo, que tiene una pinta estupendísima. =)

    ¡¡Besotes!!

    ResponderEliminar
  4. otra intrigada mas!!
    aqui me tendras el proximo viernes.
    me toco leerlo hoy sabado por que ayer no me tocaba entrada.
    debo decir que me gusta que la chica sea la del secreto y ya tengo las ansias por saber su naturaleza.

    ResponderEliminar
  5. Me gusto mucho este primer capitulo!! Es ligero y fácil de llevar!!! y te telestramporta a otro mundo!! Y solo note muy poco errores. Te doy un consejo tene cuidado con los dialogos porque a veces se ponen confusos..
    Igualmente seguí así!!! Y espero que tu mano se recupere y tengamos pronto mas capitulos tuyo!!!
    Pasate por mis blogs yo tambie escribo.
    www.lulaiescribe.blogspot.com
    www.emperadoresmiticos.blogspot.com
    Esperos que pases y dejes comentarios.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Hola!! genial blog!! te sigo!!! jajaj
    me encanto el capitulo uno y estoy deseando mas!!! con muxas ganas!!
    es rapido de leer y me enganxo!!! espero k te recuperes pronto de tus deditos. te invito a pasar x mis blogs y leerte mis historias!! espero k te guste y me des tu opinion!! un saludo preciosa!!

    ResponderEliminar
  7. Hey estubo hermoso!!!!!! Me encantó demaciado intrigante! Ya quiero seguir leyendo felicidades escribes muy bien! :)

    ResponderEliminar